INTRODUCCIÓN:
Antes de venir a Jesús y aun después de haberle conocido; hemos experimentado el quebranto del pecado, del fracaso. También heos visto como algunas personas no se cansaban de señalar nuestra falla, vez tras vez, muchas veces fueron personas que considerábamos espirituales, o con autoridad moral, y llegamos acreer que Dios actúa así con nosotros. Veamos que nos dice este pasaje en referencia a esta situación.
PASAJE:
“Y como insistieran en preguntarle, se enderezó y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella. E inclinándose de nuevo hacia el suelo, siguió escribiendo en tierra. Pero ellos, al oír esto, acusados por su conciencia, salían uno a uno, comenzando desde los más viejos hasta los postreros; y quedó solo Jesús, y la mujer que estaba en medio. Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó? Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más.” Juan 8:7-11.
I.- MUCHOS PONEN SU MIRADA Y DEDO EN NUESTRO PECADO.
“Entonces los escribas y los fariseos le trajeron una mujer sorprendida en adulterio; y poniéndola en medio, le dijeron: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio. Y en la ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Tú, pues, ¿qué dices? Más esto decían tentándole, para poder acusarle. Pero Jesús, inclinado hacia el suelo, escribía en tierra con el dedo. Y como insistieran en preguntarle, se enderezó y les dijo”. Juan 8:3-7
a.- La gran mayoría de nuestros juicios, son sesgados.
“Entonces los escribas y los fariseos le trajeron una mujer sorprendida en adulterio”
Que interesante relato; notemos que esta mujer fue sorprendida, esta palabra katalambáno; que implica “tomar anhelantemente”, “apoderarse”, “poseer”, “comprender”. La acción denota la intención de ejercer sobre ella dominio; lo que nos debe resultar curioso es que solo se atrapa a la mujer y no al hombre. ¿Por qué? ¿No eran los dos infractores? Es que generalmente somos incapaces de ser imparciales. Siempre favorecemos a quien esta cerca de nosotros; estos hombres favorecían al hombre. (Escribas y fariseos)
b.- Tardamos en perdonar y liberar al ofensor.
“Y como insistieran en preguntarle”
El Señor Jesús se resiste a hablar, el sabe al igual que los demás que esto es cierto pero injusto; cuando el Señor es paciente, la humanidad es inmisericorde, “Si peco, que pague su pecado”; por ello este grupo de hombres insisten, la palabra griega es epiméno, “permanecer”, “quedarse”, “insistir”. Juan no nos dice que preguntaran una vez mas; pero recordemos que también nos comunicamos con el lenguaje corporal; probablemente movían los pies en señal de desesperación, hacían muecas; ellos querían “veredicto”, deseaban que Jesús nuestro Señor apoyara sus tradiciones, usaban la ley solo como pretexto. Pero el señor guarda silencio, el no vino a juzgar, vino a salvar, a restaurar.
II.- NUESTROS PECADOS, TIENEN CONSECUENCIAS.
“y poniéndola en medio, le dijeron: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio. Y en la ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres.”
a.- Esta mujer estaba en adulterio.
“esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio.”
Notemos que Juan, al escribir el evangelio no duda en llamar pecado al pecado, la mujer estaba en adulterio, había traicionado la confianza y el pacto hecho a su esposo; la narración no se interesa en tratar los probables problemas maritales; pero si señala el pecado. Debemos comprender la diferencia y juzgarlas como lo que son, si es pecado, llamémosle pecado; si es error, es error; si es fracaso, fracaso.
b.- El pecado merece castigo.
“Y en la ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres.”
Aun cuando esta era una verdad parcial, no deja de ser verdad; es decir, la mujer y el hombre merecían la muerte, esto es lo que mando Dios por medio de Moisés: “Si un hombre cometiere adulterio con la mujer de su prójimo, el adúltero y la adúltera indefectiblemente serán muertos.” Levítico 20:10. (Otro pasaje es Deuteronomio 22:22-30)
III.- JESÚS SÓLO DESEA RESTAURARNOS Y TRANSFORMARNOS.
“se enderezó y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella. E inclinándose de nuevo hacia el suelo, siguió escribiendo en tierra. Pero ellos, al oír esto, acusados por su conciencia, salían uno a uno, comenzando desde los más viejos hasta los postreros; y quedó solo Jesús, y la mujer que estaba en medio. Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó? Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más.”
a.- Jesús puede ver más allá de nuestro fracaso o aparente éxito.
“¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó? Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno”
Notemos la forma en que Jesús trata a la mujer hallada en adulterio, no le recrimina, aun que reconoce su pecado; no le habla del castigo que merecía, de hecho ha estado renunciando a emitir un juicio; ya que la conciencia de la mujer le acusaba cada día, y aun más en ese día al ser encontrada en infraganti.
Lo que hizo el Señor fue preguntar. ¿Dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condeno? La mujer esta a la expectativa, ya que el grupo de hombres reconoció que no podían condenarla, pero quien estaba frete a ella, SI.
b.- Jesús desea cambiar nuestra historia.
“Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más.”
Tres declaraciones en una frase cambian nuestra historia.
1.- Ni yo te condeno.
La expresión es katakríno, “juzgar contra”, “sentencia”, “condenar” y “declarar”. El Señor la libera de la condenación que merecía; Jesús veía en ella, lo que nadie mas podía ver, un corazón arrepentido. Ni yo te condeno, es similar a te perdono.
2.- Vete.
La segunda palabra es vete; poreúomai, es la palabra usada aquí, y podría significar: “específicamente remover, vivir, andar, apartar, camino, ir, salir, seguir, subir”. Deja de percibirte como pecadora, por que ya te perdone, vete de este lugar que solo te recordara tu pasado; sigue tu camino, sigue viviendo.
3.- No peques más.
La tercera declaración es, no peques más. Jamartáno, es la palabra usada aquí, denota “propiamente errar el blanco”, “cometer pecado”, “practicar el pecado”.
No puedes seguir viviendo igual después de encontrarte con Jesús, por que el te restaura y te capacita para vivir de forma diferente, Jesús le dice a la mujer adultera, “No practiques mas el pecado”. Deja de vivir en contra de Dios, y en contra tuya.
CONCLUCIÓN:
Este es el Dios que debemos presentar a nuestros familiares, amigos y conocidos no creyentes; ellos creen que nuestro Dios esta listo a enviarles al lago de fuego y azufre; pero nuestro Dios en realidad desea restaurarles y transformar su futuro, no importa si son alcohólicos, drogadictos, prostitutas, mujeriegos u hombreriegas, Dios desea restaurarles y transformarles.
Digámosles: TE PRESENTO A MI DIOS QUE RESTAURA Y TRANSFORMA.
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